Lo imperativo tiene muy mala prensa porque suena a falta de libertad, a imposición, a no ser democrático, a no dar opciones y a algo peor: a no ser divertido. Se asocia a ideas que corresponden a otra época, a otros paradigmas de comunicación y se refuerzan creencias negativas acerca de lo que significa “dar órdenes”. Es uno de los grandes problemas de comunicación en las empresas, en las organizaciones, en las familias, en los grupos de trabajo: pocas personas saben dar órdenes y disfrutan de dar órdenes.
Desaprender la pasividad-agresividad y reaprender la asertividad
Un paso anterior a dar órdenes es definir con precisión lo que queremos, de forma directa y asertiva. Esto es, desaprender años de sistema educativo que enseñaba (enseña) una comunicación interpersonal que pendulaba entre la pasividad y el defenderse cuando era muy necesario (algún tema de honor); en su lugar, reaprender que es de buena educación y una forma adecuada de comunicarse, el expresar con claridad valoraciones, puntos de vista, necesidades, intereses, desacuerdos, etc. Es decir, aprender a comunicarse asertivamente.
Desaprender la individualidad departamental y aprender la colaboración transversal
Un segundo paso previo es trabajar lo más colaborativamente y en equipo que se pueda, antes de decidir pautas de acción. Es una práctica madura el trabajar en comisiones o pequeños grupos transversales a las áreas, que investiguen exhaustivamente un tema en tiempos acotados. Luego crean documentos con recomendaciones, imaginan posibles objeciones y mejoras hasta lograr consensos. Sobre el desarrollo de ese tipo de trabajos se pueden redactar instructivos que concluyan en órdenes específicas. El nivel de eficiencia de estos grupos es altísimo y el nivel de adherencia a las instrucciones también, ya que está basado en conocimiento del tema y acuerdos grupales.
La orden ordena
En el artículo No tengo feedback, decíamos “que lo primero que nos están pidiendo los equipos son límites, referencias, hitos (como los hitos kilométricos -milestone- o las señales de tránsito al costado de la ruta). Que establezcamos con claridad qué, cómo, cuándo. Crear pautas, decidir antes, explicitar adónde vamos, adónde queremos llegar exactamente, explicar la consigna. Estamos muy cansados de la abstracción y estamos muy cansados de elegir, ofrecer ideas concretas da descanso”. Dar órdenes claras también da descanso.
Órdenes e instrucciones
¿Las órdenes son instrucciones? No necesariamente. Una orden dice qué hacer, una instrucción dice cómo hacerlo. La instrucción es un protocolo. Más personas están dispuestas a dar órdenes que a dar instrucciones. Pero antes de continuar dos definiciones de la RAE:
INSTRUCCIÓN: conjunto de reglas o advertencias para algún fin. Reglamento en que predominan las disposiciones técnicas o explicativas para el cumplimiento de un servicio administrativo.
ORDEN: Colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Concierto, buena disposición de las cosas entre sí. Regla o modo que se observa para hacer las cosas. Serie o sucesión de las cosas. Relación o respecto de una cosa a otra. Mandato que se debe obedecer, observar y ejecutar.
Una instrucción dice cómo hacer algo, por ejemplo, un protocolo de comunicación, un procedimiento de compra, una felicitación de cumpleaños al personal, existen instructivos que indican cómo deben hacerse las cosas en la empresa. Las instrucciones van en una sola dirección, no hay nada que elegir, por eso funcionan, porque tienen una función. Si quiere que le enseñe a hacer un flan, ¿qué prefiere? Esto: “lleva huevos”, “si quiere los revuelve, sino, los bate”, “el azúcar depende…” o Esto: 5 huevos, 100 de azúcar, revuelva los ingredientes, etc.?
¿Se imagina la medicina sin instrucciones? ¿si no existieran los procedimientos de intervenciones quirúrgicas? ¿se imagina las finanzas? ¿las instituciones gubernamentales? ¿las escuelas? ¿el tránsito? Nuestro mundo funciona con instrucciones. El mundo digital funciona con instrucciones: Netflix, los videojuegos, el home banking, la impresora, el celular. Todas son tarjetas perforadas.
Una orden es un pedido
Hay órdenes que dicen “hagan esto” o “logren esto” pero no dicen cómo hacerlo. Hay órdenes que incluyen el cómo hacerlo, es decir instrucciones precisas. En cualquiera de los dos casos es necesario saber pedir: por el canal correcto, a las personas correctas, con las condiciones de satisfacción del pedido explicitadas.
Una orden tienen condiciones
¿Cómo sabrán quienes tienen que cumplir la orden que lo han logrado? Porque cumple con condiciones de satisfacción previamente establecidas. “Quiero este informe para el lunes” es un deseo no una orden. Si lo fuera explicitaría todas las variables que debe considerar: hora y fecha de entrega, soporte, elementos que componen el informe, ¿es comparativo? ¿es sincrónico? ¿lleva gráficos? y sobre todo ¿qué hará con el informe? ¿para qué lo requiere?
Una orden no es una sugerencia
Existen órdenes que cumplen con todos los requisitos deseables, son claras, explicativas, desarrollan instrucciones, contemplan canales de comunicación, se dirigen a las personas correctas pero se presentan como si fueran una sugerencia. Esto ocurre generalmente con personas que no quieren sonar antidemocráticas, que como dijimos al comienzo del texto, son creencias negativas que vienen de otros ámbitos. Luego surgen conflictos que generan muy malas situaciones para el equipo de trabajo, porque toman decisiones basadas en interpretaciones del tipo “yo creí que”. Quien recibe una orden como sugerencia no sabe qué hacer realmente y siente frustración. Comienza a especular, habla con otros que también están en su situación y finalmente, hace según interpreta.
Una orden tiene seguimiento
Contra toda fantasía una orden no “se da” y “se hace” sola, por el contrario, lo que sigue a dar una orden es ponerse a disposición. Como cualquier otra situación de comunicación entre personas: hay que explicar, dar y recibir feedback, responder consultas, alentar a conseguir el objetivo y hacer un seguimiento de las etapas y acciones previstas. ¿Qué pasa si la orden no se cumple? ¿Qué hacer cuando una orden choca con otra orden? ¿Qué sigue cuando falta información? Etc.
Tips y reflexiones antes del flan
- Que un mensaje sea una orden no implica que tenga que carecer de amabilidad, ser brusco o no admitir cuestionamiento. No confundir la forma con el contenido.
- ¿Por qué le fue tan bien a Marie Kondo con La magia del orden, La felicidad después del orden y otros títulos? Porque enseña cómo ordenar, enseña a hacer.
- Para dar órdenes primero hay que ordenar, secuenciar, ponerse en el lugar de usuario/a, desarrollar un circuito, etc. Por eso poca gente quiere hacerlo, porque es laborioso.
- Dar órdenes trae oposiciones y juicios.
- Sin órdenes no hay liderazgo.
- El éxito de una orden se alimenta de cómo se responde a las preguntas que surgen.
INSTRUCCIONES PARA EL FLAN CASERO DE HUEVO
Ingredientes para el flan: 5 huevos, 100 de azúcar, ½ litro de leche, 1 cucharadita de esencia de vainilla.
Ingredientes para el caramelo: Azúcar y agua c/n.
Preparación: Acaramelar un molde para flan o budín y reservar. En un bol mezclar bien los 5 huevos y los 100 gramos de azúcar hasta que el azúcar se disuelva. Agregar el ½ litro de leche y la esencia de vainilla y revolver. Tiene que quedar un líquido homogéneo con el azúcar bien disuelta. Colocar la mezcla en el molde acaramelado. Llevar a horno medio a baño de María durante una hora. Dejar enfriar y llevar al refrigerador por al menos 4 horas.
Photo by Jonas Kakaroto on Unsplash