La característica realmente única de nuestro lenguaje no es la capacidad de transmitir información sobre los hombres y los leones. Más bien es la capacidad de transmitir información acerca de cosas que no existen en absoluto. Leyendas, mitos, dioses y religiones aparecieron por primera vez con la revolución cognitiva. Muchos animales y especies humanas podrían decir previamente “Cuidado! Un león!”. Gracias a la revolución cognitiva, Homo Sapiens adquirió la capacidad de decir: “El león es el espíritu guardián de nuestra tribu”. Esta capacidad de hablar sobre ficciones es la característica más singular del lenguaje de los sapiens.
La ficción nos ha permitido no sólo imaginar cosas sino hacerlo colectivamente. Los mitos confirieron a los Sapiens la capacidad sin precedentes de cooperar flexiblemente en gran número. Las hormigas y las abejas también pueden trabajar juntas en gran número, pero lo hacen de una manera muy rígida y sólo con parientes muy cercanos. Los Lobos y los chimpancés cooperan de manera mucho más flexible que las hormigas, pero sólo pueden hacerlo con un pequeño número de individuos que conocen íntimamente. Los sapiens pueden cooperar de maneras extremadamente flexibles con un número incontable de extraños. Esta es la razón por la que los sapiens dominan el mundo mientras que las hormigas se comen nuestras obras y los chimpancés están encerrados en zoológicos y laboratorios de investigación.
Como consecuencia de la Revolución cognitiva, el chismorreo ayudó a Homo Sapiens a formar bandas mayores y más estables. Pero incluso el chismorreo tiene sus límites la investigación sociológica ha demostrado que el máximo tamaño natural de un grupo unido por el chismorreo es de unos 150 individuos. La mayoría de las personas no pueden conocer íntimamente a más de 150 seres humanos ni chismorrear efectivamente con ellos. En la actualidad un umbral crítico en las organizaciones humanas se encuentra en algún punto alrededor de este número mágico. Por debajo de dicho umbral, comunidades, negocios, redes sociales y unidades militares pueden mantenerse basándose principalmente en el conocimiento íntimo y en la actividad de los chismosos.